Situación de la cosecha en España y en Castilla y León

Cabe decir que no pintaba bien la situación de la cosecha en España y en Castilla y León, la cosecha del cereal se ha visto reducida en Castilla y León un 37% respecto a la anterior campaña, una reducción de la producción de 3,24 millones de toneladas, similar a la sufrida en toda España, donde apenas se recogieron 8,3 millones de toneladas. La Comunidad aportará un 40%, similar a un año normal.

También hay una significativa disminución de la superficie cultivada de cereales en invierno, un 10% inferior a la campaña anterior, 1,64 hectáreas menos y un 12% por debajo de la media en los últimos 5 años. La disminución de la cosecha viene de una sequía que afecta a toda la Comunidad de Castilla y León y a toda España, lo que la convierte en la segunda peor cosecha de este siglo solo siendo superada por la cosecha de 2017 que sólo tuvo una producción de 2,7 millones de toneladas.

Inclemencias meteorológicas adversas

Con un mes de marzo cálido y un mes de abril extremadamente seco, un déficit de agua del 80% y temperaturas inusualmente muy cálidas, condiciones que han afectado y lastrado negativamente a los cultivos. Ausencia de lluvias en mayo un 26 % menos que un año normal, las esperadas lluvias aparecieron al final del mes, pero en forma de tormentas y granizo en determinadas zonas. Junio sí que llovió, un 121% más que la media, tarde para el cereal de invierno, aunque beneficioso para los cultivos de primavera.

En declaraciones a la Efe las voces en el sector agrario coinciden, se esperan unos resultados dramáticos, muy malos, batiendo marcas en cuanto a bajos volúmenes partiendo que el año pasado ya hubo una mala cosecha. Somos un país deficitario en grano que necesitará un abastecimiento récord de cereales importados.

Las lluvias recientes han ayudado un poco en las zonas más tardías, pero el cereal ya se ha desarrollado a estas alturas y, además, la humedad podría ayudar a la proliferación de malas hierbas y hongos, pero, podrían favorecer al girasol por otro lado.

La segunda peor cosecha del siglo

Tanto en secano como en regadío, con diferencia desde hace más de 30 o 40 años, sin contar con la de 2017, en muchas zonas de Aragón, Cataluña o Castilla-La Mancha la producción podría ser prácticamente cero, y en Andalucía el rendimiento fue especialmente bajo en trigo, la recolección fue rápida y comenzó en mayo. En Castilla y León se han segado campos de cebada algo mejor de lo previsto, pero a nivel nacional, la cosecha será especialmente mala.

Los precios de los cereales en España han subido, pero tampoco son tan altos si observamos la escasa oferta, estamos en niveles anteriores a la guerra de Ucrania, el trigo blando aumentó su precio un 1,69%, el maíz un 2,2% y la cebada un 1,05% según datos de Accoe.

Consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania

Hay consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania si, por supuesto, va de la mano con el aumento del conflicto armado, que afecta de hecho negativamente al corredor de Ucrania, hace que se haya perdido un 8% de la zona cultivable en Ucrania, lo que sería un indicador al alza para los precios del trigo, aunque no del maíz ya que hay cosechas récord en Brasil. Es un desastre medioambiental y humano lo que está provocando grandes carencias entre la población y problemas en los cultivos.

Rendimiento de los cultivos en condiciones adversas

Volviendo a las condiciones adversas en la climatología este año, y más concretamente en los cultivos de secano, el rendimiento ha caído como cabía esperar, unos 1980 kilogramos por hectárea de media, un 30% respecto al año pasado y un 45% en los últimos 5 años. Ávila apenas alcanza los 1.000 kilogramos por hectárea, más del doble que la temporada pasada, lo que la convierte en la provincia con mayor caída en la producción. El rendimiento medio de trigo blando llega a los 2.150, aproximadamente un 27% menos que la temporada pasada, la cebada tiene un rendimiento medio de 1.900 kilogramos por hectárea, un 35% menos.

El valor de la producción será de unos 850 millones de euros, un 53% menos que la campaña pasada. Un descenso interanual del 26% respecto a los precios del mismo mes del año anterior. La evolución de los precios desde 2020 es al alza, motivada por la situación geopolítica, con máximos en mayo de 2022, a 360,5 € por tonelada de trigo y 343,3 € por tonelada de cebada. Aunque a partir de esa fecha se nota un descenso en la cotización, las previsiones de cosechas en Brasil, Europa y Canadá nos hacen creer que pueda seguir el descenso, aunque va a ser complicado saber qué pasará en la evolución de los precios de las cosechas con los tiempos que corren.